Guerra al silencio es decidir. Decidir y
ejercer mi derecho a decir no. A compartir tiempo y cerveza; experiencias y
canciones, con quien yo quiera.
Guerra al silencio es exteriorizar todo
lo que me enfada, darle voz a ideas que deambulan por mi cabeza desde hace más de siete noches de luna llena; decir que no quiero volver a verte.
Guerra al silencio es seguir guiándome por
mi instinto, confiar en mí, en mí, en mí y, de nuevo, en mí.
Guerra al silencio son domingos de resaca
despotricando sobre lo podrido que está el mundo, el sistema, las personas, las
cabezas. La falta de moral que domina nuestra realidad, que nos consume cada
día más.
Guerra al silencio es plantar cara a dos
subseres que deciden insultar a tres mujeres por ejercer, de nuevo, su derecho
a decir no. Y, por supuesto, guerra al silencio es ver sus rostros, consumidos
por la debilidad, viendo que la existencia de un ‘sexo débil’ es sólo un cuento
que estuvimos a punto de creernos.
Guerra al silencio si no respetas mi
espacio vital, ni el de la gente de mi alrededor. Si no puedes entender que no
quiera cruzar ni una palabra más contigo ni con los de tu calaña; jamás.
Guerra al silencio es que te irrite soberanamente
ver que no tienes ni un ápice de potestad sobre otra persona de exactamente tu
misma condición, solo que con dos dedos de frente más.
Guerra al silencio por la niña que fui;
que quedó eclipsada por la mujer en que me convertí aquel catorce de abril de
hace ya diez años.
Guerra al silencio por todas las personas
que callan, creyendo que es la mejor solución.
Guerra al silencio por las mentiras que ya
nunca más me voy a creer.
Guerra al silencio por demostrarte que no
eres la persona ideal que tu reflejo cree representar.
Guerra al silencio porque entiendas que
el planeta ni estuvo, ni está, ni estará a tu servicio. Ni nosotros, en él.
Guerra al silencio por no dejar que lo
que pienso me consuma.
Guerra al silencio por repetir hasta la saciedad.
Guerra al silencio por vivir, como quiera y con quien yo decida.
Por no errar afirmando que esas palabras han salido de mi boca hasta el
hartazgo.
Guerra al silencio por quererme más que
nunca.
Guerra al silencio es quererme más que nunca.